Nace

la luz inmaculada de un beso

y enciende el fuego en tus labios vegetales,

a lo lejos, en el azul embeleso

de un jardín en frenesí, hay un cielo

donde se deviene en paraísos la noche...

blando precipicio terrible de hermosura

y concupiscencias derramadas

donde arden las remotas aguas

y acaricio la temblorosa vertiente

de mis sueños diseminados por ti.

Trepo en el paisaje imaginario

de tus desasosiegos mas dulces,

donde germina tu diáfana frescura

y tiemblo frente a la luz gloriosa del gozo ciego,

delgada quemadura de labios

donde gime el sol y todos tus fuegos.

Encarnados al fin...

en el líquido placer de las delicias,

una epidermis de agua nos envuelve

y naufragamos inasibles

en un cielo de caricias profundas...

terrible germinas en mis brazos,

germinas en mi alma y en mis labios

bordada de sol en la impúdica hermosura,

te elevas

herida por el fuego de la primavera

el río canta de iluminaciones

y el desasosiego de las alondras

arde en el palpitante esplendor

de tu fragilidad de Venus.

Doncella de miel,

trepo en el azulado valle

imaginario que te conforma...

sin macula, sin sombra.

y vuelven a germinar sin forma

las rojas alondras del delirio,

trébol virgen del deseo

luz de cirio

entre mis placeres concebido.

Infierno y alivio,

dulzura donde respiro

tembloroso me arrodillo

ante el terciopelo de tu pureza

renaces,

como las olas diáfanas y errantes

desgarrando la noche mas dulce...

Y brota el cáliz puro y ardiente

de esta...tu primera vez.

Ante el sol del diamante

arde la sangre mojada del silencio

que nutre en la penumbra mis sentidos

intangibles espigas de fuego

humedecen nuestros cuerpos

y me quedo haciendo malabares

hasta desvanecerme

en la belleza de tu desnudez

donde gime la luz rasgada de tu hermosura.

Aun deseo morir y renacer

en tus remotas aguas, todavía.

Gabriel Villalobos Carmona

del poemario "Víspera de resplandores"