Ovejas negras para el pasto seco,

se dice que la condena vale más que la ofensa,

mi tristeza está en huirme, y no perderte,

en tenerte a reventones en contra de tu corriente.

Te partes el alma por mil dementes,

que te hieren el suelo y te escupen la frente,

ahogada y encarcelada, sin sufragio,

eres la víctima perfecta de un machista de antaño.

Vente a mi lado, hazte un "estiker" en mi costado,

te regalo mi costilla y mi mejilla, te cambio tu equipaje

por mi mochila, te vendo las lágrimas nos compramos

un baño de suerte, con las ganancias pago el derecho

de verte.

Un poema sencillo para una dama complicada,

aún así mi profecía espera su visión más frecuente,

tenerte en mi silla y bañarte desnuda en mi fuente.