Escuché la sonora revista,

deletreando el trote de Atila,

vino y tinta, rostros sin sinfonía,

tu precio y mi credo en riña,

no manches con besos

lo que el amor reprueba,

puta y tarado, mi estilo es insano,

repito, no manches con besos

lo que mi musa besa.

Taladro vástago raspando el cochino,

y la porción de noche y vestigio,

no hurtes los fueros, de quien fuese varón,

del que el hambre y el castigo

vistió su verde olivo en su rostro,

panzón? no hombre, solo cochino.

Y tirando la piedra juzgando sin motivo,

la puta me reprueba y Dios de testigo,

no manches mis labios de rojo escarmiento,

mancha mi listado, de precio y olvido.

Me has de recordar, como billete gastado,

ráspalo entero, me vendo al artefacto,

de sueños, de adentro, de engaños,

y ya para aquel entonces, barato!