Observo tu cuerpo desnudo en mi cama mientras que vos, dormida, pareces parte de un sueño.

Tu piel, destino deseado de mis besos, me atrae, me incita?

Recorro con mi mirada tus caminos, esos en los cuales me suelo perder, y no puedo creer que seas real.

A veces, cuando te observo como ahora, llego a considerarme muy afortunado, incluso tal vez poco merecedor de semejante tesoro, por eso cuando te tengo, me dedico pacientemente a ser esclavo de tu placer, a recorrerte, a explorarte, a devolverte en pasión el privilegio de tenerte asi?

Cuando te quedás así, después de hacer el amor, me pregunto ¿Qué es el placer?..., y descubro que el placer no pasa por el deseo, que me invade desde que te veo venir, sabiendo que vas a ser mía?, el placer mi amor es sentirte, es tenerte cerca, es disfrutar a cada instante del regalo de tu tiempo, de ese regalo para el cual me has elegido como destinatario y que yo, agradecido y halagado, me dedico a cultivar, haciéndote el amor no solo en la cama, sino en la vida.

Mis pensamientos se diluyen y vuelvo a vos?

Te diste vuelta, pero seguís dormida, mostrándome ahora la carretera de tu espalda, ese camino que lleva a mis dedos en un lento viaje directo a tu portal, un viaje con múltiples paradas, donde cada centímetro de tu piel es destinataria de mis caricias, de mis besos.

Me preguntó, mientras sonrío?¿Cuál de tus rincones amor profanaré?, no me decido?observo tus axilas, tus pequeñas orejas, tu cuello, la planta de tus pies, la forma redonda de tu cola y mi lengua inquieta y apresurada quiere lanzarse y dejar huella en vos, una huella húmeda que no solo te despertará, volviéndote a la realidad, sino que servirá para indicarte que una vez más mis ganas solo desean tenerte, y por eso han comenzado nuevamente este juego que terminará cuando tus ansias y las mías se fundan, ardientes y agitadas, hasta hacer explotar nuestros deseos entre gemidos de placer?

Juan Leandro Alzugaray