Trilogía
Lo dulce de tus besos
Casi convencido de algo nuevo
Llegué a tu casa muy risueño
El frío calo de a poco mis huesos
Mientras tú divagabas sin descanso
Miré a mi lado, vi una estrella
Era la luz, la llama de una vela
Volteé mi mirada a otro lado
Allí fueron tus ojos los que brillaron
Penetrando en la sombra de mi mente
Con ese calor, yo, inmediatamente
Soñé, pensé, creí, equivocadamente
Cambié el placer por un mouse de chocolate
Mi palabra agradeció ese detalle
Y fue tan dulce la llegada de la noche
Que me dormí saboreando un sueño
Y es qué, vida mía, el dulzor de tu beso
Siendo de noche o de día, aun lo recuerdo
La cama desierta
Ilusionado como no recuerdo
Creyendo lograr un sueño
Partí en un viaje irreal
Anduve imaginando más
Que un hombre cuando se va a casar
Mi mente subyugada ansiaba
Lo que entre tantas cosas conocidas
Era como repetir una danza divina
A la que se practica día a día
Empezó mi deseo a nacer
Con la fuerza de un volcán
Justo cuando la fiesta iba a comenzar
Vino una llamada, una alerta
Debíamos ir a otro lugar
Pues la cama del Edén estaba repleta
Amor después de amar
Imagino las cosas que a lo largo
Puede mi cuerpo hacer con el tuyo
Pinto con detalles el cuadro
Y aparece tu cuerpo ya desnudo
Perdí el placer de desnudarte
De ir quitándote una a una
La ropa, los objetos, las cosas,
Todo aquello que ocultan
El cuerpo que deseo, el tuyo
Ese, al que ansío y venero
Ahora concentrado en tu persona
Cierro mis ojos, luego, los abro
Descubro que estas aquí, aquí y ahora
Te hago el amor, y luego, luego te amo
Samuel Akinin
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