Tus ojos verdes profunda y preciada esmeralda que me observan cuando entre mis gestos me aferro a tu espalda.

Tu piel blanca, suave, cual dios reencarnado en hombre.

Tu olor mezclado de fragancias exquisitas, que no hacen falta ponerles nombre.

Tus manos tibias aferrándose a mis curvas, mi ritmo exaltado cuando de amor me asfixias.

Manjar de mi cama, incendiario de mis caricias.

Mi amor es tuyo me desvanezco a tus pies cuando tu me incitas.

Preciado regalo, causante de mi locura, de mi debilidad infinita.

Mi aliento pausado, mi pecho asombrado, mi lecho expectante por tu visita.

Porque mi cintura te espera, mis caderas te veneran, cuando tus labios recorren y dejan sus marcas, sus huellas.

Cuando tus besos me absorben, cuando pierdo mi inocencia.

Amor... yo te amo, hazme sentir una vez más que soy tu reina.

Victoria Alejandra Quiroz © 2007