Tu no lo sabías

pero necesitaba tanto ese abrazo;

ese abrazo que tu me diste

traspasándome el calor,

tu cariño de amigo,

tu comprensión,

yo sentía que revivía.

Es tan increíble

que, a veces ,

algo que parece tan sencillo

pueda llenarnos la vida

y devolvernos la alegría.

Un sólo abrazo que invita a quedarse;

a cobijarse sin decir nada,

sobran las palabras, sobra todo,

menos los latidos que se comparten al unísono,

como melodías de salterios perdidos.

Un abrazo, un estrecharse,

y sin necesidad de ello,

brota espontáneo un "gracias"

que ni siquiera es necesario,

pero es tan cálido

que algo provoca decir.

No sólo fue tu abrazo,

fueron caricias en mi pelo;

palabras chiquitas,

silencios conversados

con la voz del alma.

Yo se que siempre voy a necesitarte,

pero no se siempre vayas a estar;

Dios lo quiera, porque tu me diste mucho:

compartimos tristezas,

nos reímos de cualquier cosa,

hasta de los alambrados eléctricos,

eso es ternura,

eso es regalo, es comprenderse,

y saber que no estamos solos

cuando viene lo inesperado;

un abrazo

que no voy a olvidar,

porque llegó en el momento justo,

en que mi existencia

empezaba a tambalear.

Te quiero, amigo,

por ser tan especial...

Margarita

14/11/07