Cuando un amor se va,

te deja aislado del mundo,

esa congoja nos queda al aguantar el llanto,

y el desamor que nos aflora,

por el mar de los fracasos.

Cuando un amor se va,

nuestro jardín de ilusiones se marchita,

nos quita el alma de un golpe,

y nos mata de un portazo.

Cuando un amor se va, ya no

quedan esperanzas, se deshojan como flores,

a las que les falta agua,

porque se te muere la vida,

no te quedan ya mas ganas

de seguir peleando solo en este mundo

de nostalgias.

Cuando un amor se va, te resignas

a la espera, al temor, a la pena,

porque son tu compañía,

hasta que olvides o vuelva.

Cuando un amor se va, tu corazón se llena,

de pequeñas espinas que sangran

sin dejar huella,

te aniquilan poco a poco, hasta sentir

que te dejan en un mundo de almas perdidas

y de mucha tristeza.

Cuando un amor se va, la mente es

la que juega con lo que fue hace tanto,

y la desdicha que te hiela,

porque te hiela la sangre, te paraliza

en la tierra, te corta el vuelo inmóvil,

y quita toda vivencia, porque el amor

se lo lleva ese ser que ahora te deja,

pensando allí parado junto con el tiempo,

en cual se para el mundo con

los sentimientos, y aprendes a vivir

en soledad, a sufrir, a llorar,

y el tiempo no se pasa, es una eternidad,

con la que día a día te debes enfrentar,

para así enterder, que es la realidad,

y que mañana nuevamente,

tendrás que comenzar,

convirtiendo aquel viejo amor,

en lo más preciado que guardarás

en un cofre en tu corazón, un recuerdo más...