Poema de Leonidas

Una égida de palabras en racimo,

protegiendo tu corazón de la estocada,

un narval que surcó el mar en la alborada,

maléfico ladrón del cuerno del destino....

Un corcel flotando entre las cosas,

el vacío que lo quiere y que lo acosa,

es frágil sin su cuerno, sin su alma,

es la magia rota, acongojada...

Una doncella mira azorada,

una que fue sueño y fue amada,

espera en su universo desvalido,

el retorno de aquel corcel herido...

Mas ya no es tiempo de unicornios,

los druidas del bosque han partido,

antiguos vencejos abandonaron sus nidos,

solo queda el sonido de los armonios,

y este corazón de caballero por vos revivido,

que busca flores blancas en lo negro,

entre nieves eternas y senderos de frío

desenterrando mágicos cuernos perdidos,

blandiéndolos en el aire cual torbellino,

segando viejos inviernos y trayendo estíos,

un viento tibio enaltecido alejando al cruel hastío,

un cuerno que destila acordes de otros tiempos

y hace sonar al mundo con nuevos sonidos,

es mi mano en tu mano y mi voz en tus oídos...

Para Asaliah que hizo que volviera éste poema desde mis papeles y desde mi recuerdo

Unicornio.piano-Elen Lackner