Negros nubarrones

Opacan el cielo

Que muy enojado

Ruidosa protesta

Comienza a tronar.

Relámpagos azules

Surcan el espacio

Y el negro torbellino

Se descarga en agua

Que golpea sin piedad.

Camina sin prisa bajo la tormenta

Esbelta figura de hermosa doncella

Que la lluvia empapa.

Y ella, ensimismada en sus pensamientos

No se ha dado cuenta; muy absorta va

La tempestad arrecia; golpea su faz.

Y el agua se confunde

Con amargas lágrimas

Que brotan de sus ojos

Como cataratas.

Su desdicha es tanta

Que no siente el frío.

Ya no siente nada.

Sólo una honda pena le taladra el alma.

Su mirada es turbia.

Las pupilas, dilatadas.

Lo ha perdido todo.

No le queda nada,

Sólo lluvia clara.

Camina sin rumbo

Su mente extraviada.

Está muerta en vida.

No le importa nada.

Va en su pena sumida

Llorando bajo el agua.